Hablaba anteriormente sobre la revolución formal de las comedias, pero, ¿qué hay del contenido? ¿Y del tipo de humor?
En un artículo que publiqué hace unos meses comentaba cómo Friends representa el triunfo de una comedia clásica en pleno siglo XXI, porque al sabor de lo añejo se le sumaba la vitalidad y frescura de lo nuevo. La clave de su éxito está en un humor universal y cosmopolita, pero a la vez amable y cercano, que ha conectado a las mil maravillas con su público. Además, a esto se suman seis personajes estereotipados a los que la audiencia ha cogido un especial cariño tras 10 temporadas en pantalla. Personajes como Ross, Rachel, Phoebe, Joey, Monica y Chandler que forman ya parte del imaginario colectivo de muchos españoles. No es para menos. Sobre todo, si tenemos en cuenta la cantidad de veces que un fan puede llegar a ver el mismo episodio repetido y seguir riéndose casi como el primer día. Difícil, ¿verdad? Hay pocas comedias que pueden presumir de esto.
Esta claro que a la hora de innovar hay que seguir la senda de lo nuevo. Pero no hay que olvidar la esencia de lo clásico. Porque lo clásico, funciona.
Si queréis leer el artículo entero, lo tenéis aquí:
"Friends ha triunfado por su humor universal, cosmopolita e inteligente, pero cercano"
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