viernes, 20 de febrero de 2009

Ficción nacional

Se ha hablado bastante esta semana sobre si a la audiencia española le gusta más la ficción española o la extranjera. Decían en un artículo que CSI era la excepción a una inclinación masiva por el producto nacional bruto:

"La gente ya no ve ficción extranjera", afirman desde las cadenas, que aceptan CSI como la excepción que confirma esta tendencia. La audiencia busca personajes e historias con las que identificarse y las nuevas propuestas miran en esta dirección.

Eso decían. A las audiencias yo también me remito. La semana pasada, la mini serie 23-F: El día más difícil del Rey consiguió ser la mini serie más vista en los últimos 16 años. Arrasó con 6.5 millones con 31% de share, frente al 8% de Antena 3. Y se programó, además, en dos días no consecutivos (martes y jueves) porque el miércoles jugó la selección de fútbol (España-Inglaterra). Y yo, mientras, viendo El Mentalista. Pues sí, a esto se llama triunfar.



Así que parece que, no es que únicamente la audiencia prefiera lo nacional, si no que los últimos éxitos de ficción histórica demuestran que la audiencia española se decanta por encontrar en las series de televisión una identificación cultural con su historia reciente. Cuéntame como Pasó, Amar en tiempos revueltos, La Señora... son sólo algunos ejemplos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es cierto que parece que hay sobre todo un interés en la ficción histórica. Quizás es que nos gusta recordar aquello que hemos vivido o estudiado en un momento yá lejano y nos apetece revivir. O simplemente curiosidad. En todo caso es interesante ver algo que sabes que ha sucedido.
Pero enfin, pienso que en la variedad está el gusto y que todas las series tienen su momento de gloría.cp.

Anónimo dijo...

Sí, es muy importante, como dices, haya variedad. La ficción histórica actual, normalmente, es de un pasado reciente que mucha parte de la audiencia ha vivido o sabe que ha sido importante para su país...pero, en el fondo, creo yo, interesan no tanto por lo hechos históricos-políticos que pasaron, si no por la representación de historias personales, que en el fondo son universales, enmarcadas en ese contexto histórico.