miércoles, 18 de marzo de 2015

Deja que el consumidor te diga cómo quiere ver series

Reacción al capítulo 3x09 La Boda Roja de Juego de Tronos (Sin Spoilers).

La tecnología nos da acceso a un contenido y a un disfrute audiovisual que hace 10 años era inimaginable. El gran desafío de la industria se centra en la adecuación del contenido audiovisual a la experiencia y consumos multiplataforma del espectador actual. 

Cada vez hay más visionado digital audiovisual (“prácticamente las series las veo desde Internet”), más individual (“normalmente desde mi Tablet ”), más social que nunca (“Ayy, la Boda Roja!!! ¿La viste tú?”), llegamos a darnos auténticos atracones (“me he visto la tercera de House of Cards del tirón”), casi siempre planificado y bajo demanda, (“y hoy empiezo Borgen que acaban de anunciar que se adapta en España”).

Esto implica, principalmente, tres retos:

1) la necesidad de una amplia y diversa oferta de distribución audiovisual online, con contenidos nacionales e internacional de calidad, actualizados y a precios razonables (con el difícil objetivo de ir rompiendo inercias ya creadas de consumo “pirata” en ciertos países, como es España, fomentada precisamente por la carencia de estas iniciativas en el pasado). En este sentido, el miedo a las leyes no aumentará el consumo digital, sí lo hará promover nuevas iniciativas de distribución. Estamos viendo pasos en la dirección adecuada, pero queda mucho por hacer. En distribución, los canales de TV (Mitele, AtresPlayer, Yomvi, Movistar Series, Nubeox) u otras como Filmin, Wuaki TV están aportando la oferta demandada. Sus cifras van en aumento. Cerca de 28 millones de descargas sólo de series durante el 2014 consolidan a YOMVI como plataforma de VOD sobre todo para el consumo de este formato, con más de 520.000 usuarios que descargan una media de 53 series al año. La posible incorporación de Netflix al escenario español el próximo otoño pondrá más emoción si cabe a este nuevo escenario.

2) Oferta de un “transmedia de la experiencia” en torno a producciones audiovisuales. Tenemos apuestas interesantes de narrativas transmedia a nivel nacional e internacional, pero su implicación con la audiencia sigue siendo escasa. Las series de TV o películas deben ser el epicentro de universos de ficción que ofrezcan cada vez experiencias más inmersivas de los espectadores con estos mundos. Es necesario apostar desde el ámbito creativo por un “transmedia de la experiencia” y desde las empresas audiovisuales por una auténtica Economía de la Participación que fortalezca las producciones audiovisuales poniendo al espectador, a la audiencia, en el centro, con estrategias empresariales en la que la mejora del producto audiovisual o su propia existencia no sea posible sin la participación activa de los públicos.

3) Alfabetización transmedia (transalfabetización). La educación en el transmedia lidia simultáneamente con las oportunidades y los riesgos propios de Era Digital, que se suman a otros ya más antiguos pero que se está redefiniendo en esta nueva cultura. Se observan carencias de la audiencia en determinados aspectos centrales en estos entornos como es la dimensión de recepción y estética de contenido multiplataforma, el concepto de autoría individual y colectiva de las producciones audiovisuales, o la actitud responsable ante la propia identidad online/offline, por ejemplo.

Ideas expuestas en la mesa redonda: "Una nueva cultura visual. Retos y desafíos en el entorno digital". Celebrada en la Universidad de San Jorge, Zaragoza. 16 de marzo, 2015.


 

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